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Capricornio de la Encina

CAPRICORNIO DE LA ENCINA

Coleóptero de gran tamaño (35-62 mm de largo), de color marrón oscuro, casi negro, rojizo al final de los élitros, donde su cuerpo se estrecha visiblemente. Largas antenas, que en los ejemplares machos, sobrepasan la longitud del cuerpo. Las mandíbulas son patentes y fuertes. Las larvas son cilíndricas, blancas, incluso de mayor tamaño que el insecto adulto.  Los adultos salen en primavera, generalmente a principios de junio y hasta finales de agosto, para hacer la cópula y poner los huevos en las hendiduras de la corteza, zonas donde la madera está expuesta y heridas de los árboles. Tienen hábitos crepusculares y nocturnos. Durante el día permanecen ocultos en resquebrajaduras u orificios de los troncos. Las larvas avivadas se alimentan inicialmente de la corteza, para ir penetrando paulatinamente hacia el interior de la madera mientras van creciendo y realizando galerías de mayor sección tanto en tronco como en ramas principales. La fase larvaria puede durar entre 2 y 4 años, al final de ella, la larva construye una cámara donde pasa el invierno en forma de pupa, para transformarse en adulto a la primavera siguiente y salir al exterior. La emergencia suele producirse por las zonas del árbol donde no hay corteza.

Los daños se producen en la madera del tronco y ramas principales, al producir las larvas gran número de galerías de alimentación que debilitan el tejido de sostén, provocando la rotura por desgarro de los árboles afectados. También, en dichos árboles, se produce un proceso de senescencia más acusado, al disminuir el aporte de savia y nutrientes debido al corte de flujo que provocan estas galerías. Pueden observarse los agujeros de salida de los adultos: regulares, elípticos y acompañados de serrín. Las galerías favorecen los procesos de pudrición en el interior del árbol, reduciendo su resistencia e incrementando el riesgo de rotura de ramas y troncos por la acción de la nieve, el viento o simplemente por su propio peso. Dado el paulatino envejecimiento de los encinares y alcornocales y a su manifiesta falta de regeneración natural, la problemática de los daños por cerambícidos, con el tiempo, puede llegar a ser más acusada.

Para evitar la intensificación de daños se deben emplear métodos profilácticos:

Realizar podas equilibradas, evitando podar ramas de gran diámetro, salvo por motivos fitosanitarios. Es importante sellar las heridas, tanto las de poda como las que puedan realizarse por la maquinaria agrícola sobre los fustes, ya que facilitan la entrada del insecto. Eliminar las leñas y los árboles caídos ya que favorecen la infestación y actúan como material de reproducción. La mejora en las condiciones de vegetación de la masa, especialmente a través de la adecuación de la presión de ganado, e intentar la mayor regeneración posible, son también vías de control de esta plaga.

Fuente: Guía GIP Quercineas. Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca

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Ácaro blanco en Frutales de Pepita

ÁCARO BLANCO EN FRUTALES DE PEPITA

El adulto invernante es de color marrón pálido, de forma lanceolada, sobresaliendo por la parte frontal sus dos únicos pares de patas. Sus dimensiones son muy reducidas, entre 0.1-0.2 mm de longitud. Las formas de verano difieren en la coloración, siendo éstas de color amarillo claro. Pasa el invierno como adulto o ninfa, refugiándose preferentemente en grietas y rugosidades de la madera.

Al inicio del desborre reemprenden su actividad, nutriéndose de los tejidos verdes de las yemas, y posteriormente de las hojas y flores del corimbo. Durante la floración se localiza preferentemente sobre la vellosidad del cáliz y en la base del pedúnculo de las flores. Una vez que el fruto está en crecimiento, los eriófidos comienzan a multiplicarse, depositando sus huevos en la fosa calicina. Al alimentarse destruyen las células epidérmicas, lo que provoca la aparición del “russeting” característico de la presencia de esta especie. Sobre brotes, se localiza con preferencia en hojas tiernas, decreciendo las poblaciones a medida que éstas se endurecen. Durante la primavera y verano se suceden las generaciones en un número indeterminado. Después de la recolección se desplazan hacia las partes en crecimiento, permaneciendo allí hasta entrado noviembre, buscando refugio posteriormente para pasar el invierno.

El síntoma visible es la aparición de un “russeting” que, a diferencia del producido por el frío o las fitotoxicidades, se inicia circundando la fosa calicina y se extiende progresiva y regularmente en sentido ascendente, pudiendo llegar a cubrir todo el fruto. Este síntoma puede suponer la depreciación comercial de los frutos de las variedades de piel lisa destinados al consumo en fresco. Sobre las hojas, en casos de fuertes ataques, puede apreciarse bronceado en el envés.

El seguimiento del ácaro blanco debe realizarse únicamente en plantaciones que tuvieron problemas en la campaña precedente. Entre la fauna auxiliar que puede reducir las poblaciones de este eriófido caben destacar los ácaros fitoseidos.

Fuente: Guía GIP Frutales de Pepita. Ministerio de Agricultura, Ganaderia, Pesca y Medio Ambiente.

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Cribado

CRIBADO

Ataca a numerosas especies del género Prunus, tanto frutales como ornamentales. Esta enfermedad no es la única que criba las hojas de los frutales, sus síntomas no deben confundirse con los provocados por bacterias (Pseudomonas syringae) o virus (PNRSV…). Al reducirse el laboreo, en general su incidencia ha disminuido. Su fase ascófora no está muy clara. Inverna en estado de micelio sobre órganos atacados o exudados de goma. En primavera, el micelio produce abundantes conidias que permanecen activas durante meses. Éstas germinan en intervalos de temperaturas muy amplios (2-21ºC). Las gotas de agua son su principal vía de dispersión.

Sus principales daños suelen verse en hojas y frutos, aunque también pueden afectar yemas, brotes, pedicelos, pedúnculos… Habitualmente, los daños se centran en la parte baja del árbol. En las hojas se producen lesiones de tamaño variable (3-10mm) amoratadas o pardo rojizas, rodeadas a menudo por un halo verde o amarillento. Los tejidos afectados se necrosan y desprenden, cribando el limbo; cuando la lesión afecta al pedúnculo, la hoja amarillea y cae prematuramente. Las lesiones del fruto son similares a las de las hojas, se originan manchas parduzcas y suberosas. Las manchas amoratadas o pardas de los brotes (2-3 mm) pueden originar chancros necróticos alargados que exudan resina. Las yemas atacadas ennegrecen y exudan. El ataque reduce la productividad y el vigor del árbol.

Medidas de prevención:

Destrucción o enterrado de órganos afectados.

Disminución del laboreo.

Fuente: Guía GIP Frutales de Hueso. Ministerio de Agricultura, Ganaderia, Pesca y Medio Ambiente.

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Correcto Tratamiento Fitosanitario

En una agricultura respetuosa con el medio ambiente es necesario utilizar equipos que aseguren una distribución uniforme de los fitosanitarios.
Esto supone:

• Un Ahorro de producto fitosanitario fitosanitario. ECONOMÍA.

• Reducción de la contaminación ambiental. RESPETO AL MEDIO AMBIENTE.

• Aumento de la seguridad y salud del aplicador. Asegurar la protección de los productos y de los consumidores. SEGURIDAD.

• Se requiere de un equipo bien equipado, mantenido y con una regulación adecuada dependiendo de la operación en el cultivo. EFICIENCIA.

Fuente: IFAPA

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AÑO INTERNACIONAL DE LA SANIDAD VEGETAL 2020

Las plantas constituyen el 80 por ciento de los alimentos que comemos y producen el 98 por ciento del oxígeno que respiramos. Sin embargo, se enfrentan a la amenaza constante y creciente de plagas y enfermedades.

Proteger las plantas de plagas y enfermedades es mucho más rentable que hacer frente a las emergencias fitosanitarias a gran escala. Las plagas y enfermedades son a menudo imposibles de erradicar una vez que se han establecido, y su manejo requiere mucho tiempo y dinero.

Dediquemos nuestros esfuerzos a prevenir la propagación y la introducción de plagas en nuevas zonas, los gobiernos, agricultores y otros actores de la cadena alimentaria -como el sector privado-, pueden ahorrar miles de millones de dólares y garantizar el acceso a alimentos de calidad.