EL ALGODONCILLO DEL OLIVO
El algodoncillo (Euphyllura olivina), es un homóptero de la Familia Psyllidae. Su presencia en el cultivo es muy frecuente, pero no suele ocasionar daños que justifiquen una intervención. El invierno lo pasan en forma adulta, refugiados en la base de hojas, axilas y yemas. Al final de esta estación, inician la actividad, dando lugar a una primera generación de primavera, que dura aproximadamente un mes, y que se desarrolla entre los brotes vegetativos y los botones florales.
Las ninfas secretan una sustancia algodonosa, entre la que crecen, dando lugar a pequeñas colonias que dan el nombre a la plaga. La segunda generación de primavera se produce en el momento de la floración, desarrollándose entre las inflorescencias y las yemas, dando lugar igualmente a colonias de aspecto algodonoso.
Los adultos de la segunda generación, tras el verano, y si el otoño no es caluroso, inician una tercera generación otoñal, que suele pasar desapercibida.
Los daños no suelen ser de consideración, y es más la preocupación por el aspecto de las colonias, que el perjuicio producido. Los mayores daños pueden producirse durante la segunda generación, ya que, si las colonias de algodoncillo son numerosas y densas en torno a las inflorescencias, puede originarse una fertilización deficiente de las flores.
Destacar que el desarrollo de las poblaciones está muy condicionado a la climatología: los años secos favorecen al algodoncillo, y las lluvias abundantes eliminan bastante cantidad de ninfas.
Fuente: Guía GIP Olivar (MINISTERIO DE AGRICULTURA, ALIMENTACION Y MEDIO AMBIENTE)