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Roya Blanca en Brasicaceas

Este oomiceto es capaz de atacar a numerosas plantas crucíferas cultivadas y no cultivadas. El patógeno puede sobrevivir en el suelo durante al menos 10 años mediante oosporas. Las infecciones primarias se deben a zoosporas originadas de la germinación de las oosporas del suelo y restos vegetales o semillas contaminadas, posteriormente se extienden por esporangios dispersados por el viento o gotas de agua, que liberan zoosporas en la superficie del huésped, donde se enquistan y penetran en el vegetal y crece como micelio intercelular. A. cándida a menudo aparece en asociación próxima con el mildiu Peronospora parasítica, que con frecuencia se encuentra parasitando las agallas formadas por la infección de la roya blanca, ya que también coinciden con las condiciones ambientales óptimas para su desarrollo.

Causa la enfermedad es conocida como “roya blanca” por la sintomatología que produce: las plantas se cubren de ampollas blancas en la cara superior de las hojas y pústulas eflorescentes blancas en la cara inferior. En las crucíferas las hojas invadidas amarillean por el haz y luego presentan manchas pardas; en el envés se producen ampollas que, al romperse, desprenden un polvillo blanco harinoso. Las hojas muy afectadas se secan y caen. Normalmente la intensidad de los daños no es muy importante con respecto a la reducción de cosecha del cultivo, pero puede ser muy destructiva con condiciones óptimas en plantas sensibles y en plántulas, provocando defoliación. En brasicas aprovechadas por sus inflorescencias (coliflor), los daños económicos pueden ser graves debido al crecimiento anormal de la pella y esterilidad de las semillas que no llegan a formarse.

Medidas de prevención:

  • Control desde el semillero.
  • Evitar el riego por aspersión en los períodos con elevada humedad relativa.
  • Enterrar los restos de cultivo afectados una vez terminado el cultivo.
  • Empleo de variedades con tolerancia o resistencia a la enfermedad.

Fuente: Guía GIP Brasicaceas. Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente.

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SHARKA, Virus que afecta a árboles frutales.

Hasta el momento, están descritos 9 tipos diferentes del virus, pero los cuatro más importantes por su frecuencia son: el tipo Dideron (PPV-D) o sharka común, que afecta a albaricoqueros y ciruelo; el tipo Marcus (PPV-M), que es más agresivo que otros tipos en cuanto a los síntomas que produce y por su mayor facilidad de dispersión en melocotoneros; y los tipos Cherry (PPV-C) y Cherry Russian (PPV-CR), por su capacidad de infectar cerezos. El virus se transmite por injerto y otras multiplicaciones vegetativas. El modo de dispersión a larga distancia es el comercio de material vegetal de reproducción infectado, que en muchas ocasiones no presenta síntomas y por tanto, escapa al control visual frecuentemente utilizado. Algunas especies de pulgones comunes en frutales de hueso y visitantes de los mismos (Aphis spiraecola, Hyalopterus pruni y Myzus persicae) actúan como vectores del virus y lo transmiten de forma no persistente entre árboles de la misma parcela o de parcelas vecinas, por lo que son el modo de dispersión a corta distancia (inferior a 200 m).

Los síntomas se localizan en hojas y frutos. En las hojas, se observan manchas o anillos cloróticos en el limbo y amarilleamiento en los nervios secundarios. Estos síntomas foliares son difíciles de observar en melocotonero. En los frutos se producen decoloraciones superficiales y manchas y anillos cloróticos, que pueden ir acompañadas de deformaciones que imposibilitan su comercialización. En el caso del albaricoquero, también se pueden apreciar anillos cloróticos en el hueso del fruto (endocarpio), siendo este un síntoma muy específico de esta virosis. En determinadas variedades de melocotoneros infectados por PPV-M se pueden observar decoloraciones en los pétalos. Existen diferencias de sensibilidad varietal. Para una detección y un diagnóstico fiable es necesario realizar análisis en laboratorio.

Medidas de prevención:

La única forma de lucha contra el virus de la sharka es la prevención, cortando las vías de diseminación, controlando sanitariamente el material vegetal de las nuevas plantaciones, o reduciendo el inóculo e intentando la erradicación del virus mediante el arranque de árboles o parcelas completas en el momento de su detección, según un programa establecido. Se deberá utilizar como material de plantación exclusivamente el procedente de viveros autorizados, exigiendo y conservando el correspondiente pasaporte fitosanitario. Es aconsejable el uso de material vegetal certificado. Cuando el injerto lo realice el propio agricultor –plantaciones nuevas o reinjertos– el material vegetal deberá proceder también de viveros autorizados.

Fuente: Guía GIP Frutales de Hueso. Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente.

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La Negrilla o Tizne del Olivo

La Negrilla o tizne está causada por distintos hongos entre los que destacan los pertenecientes a los géneros Capnodium spp., Limacinula spp. y Aureobasidium spp. Estos hongos forman sobre la superficie de las hojas, las ramas y con menos frecuencia en los frutos, una capa oscura de micelio y propágulos fúngicos cuando disponen de sustancias azucaradas y humedad. Estas sustancias azucaradas son proporcionadas casi siempre por la cochinilla de la tizne. Las situaciones de estrés, que induzcan a la producción de gotitas de exudados del árbol, también pueden dar lugar a la presencia de negrilla.

La película constituida por el hongo impide que el árbol realice normalmente su actividad fotosintética.

Como estos hongos necesitan una sustancia azucarada para crecer, la enfermedad está asociada a los ataques de cochinilla de la tizne, por lo que el primer paso para luchar contra la enfermedad es controlar a esta plaga. Ocasionalmente puede estar asociada a poblaciones elevadas de otros insectos que produzcan sustancias azucaradas. En cualquier caso será necesario controlarlos. Si la enfermedad está muy extendida, pueden hacerse tratamientos químicos específicos.

Medidas de prevención:

Realizar podas de aireación.

Evitar las situaciones de estrés.

Controlar las poblaciones de cochinilla de la tizne.

Fuente: Guía GIP Olivar. Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente.

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Agricultura

Antracnosis o Manchado de los Cítricos

La antracnosis (Colletotrichum spp.), también llamada “manchado” es una enfermedad producida por hongos del género Colletotrichum que afecta tanto a naranjos como mandarinos. En ramas y hojas se observan lesiones necróticas de color oscuro, las cuales afectan botones florales y frutos, provocando su caída prematura. En las hojas se observan manchas irregulares. En frutos se producen manchas que evolucionan hasta la podredumbre de la misma. La antracnosis afecta la mayoría de cítricos, pero es más severa en naranjos dulces

Las condiciones meteorológicas favorables para su desarrollo son precipitaciones importantes, una humedad ambiente en torno al 80-85% y temperaturas suaves en las horas centrales del día.  En estas condiciones puede comenzar a observarse en frutos manchas más o menos oscuras a modo de “chorreo” que, en lo general, no ocasionan daños en la piel, aunque sí podría afectar negativamente a su comercialización. Las manchas están producidas por el lavado o arrastre de los conidios producidos abundantemente por este hongo.

En los meses de verano, a nivel de campo, dichos conidios pueden quedar sin germinar y, por tanto, sin ocasionar daños en los frutos, no así en el caso de periodos prolongados de elevada humedad y temperaturas en torno a los 25ºC, o en zonas con clima del tipo tropical o subtropical, en el que se pueden producir lesiones importantes en los tejidos. 

Es más frecuente que los síntomas se manifiesten en almacén como lesiones superficiales deprimidas en la piel de color marrón.

El control de esa enfermedad se basa principalmente en la aplicación de fungicidas preventivos, cuando se vayan a dar las condiciones meteorológicas citadas.

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Sanidad Vegetal

AÑO INTERNACIONAL DE LA SANIDAD VEGETAL 2020

Las plantas constituyen el 80 por ciento de los alimentos que comemos y producen el 98 por ciento del oxígeno que respiramos. Sin embargo, se enfrentan a la amenaza constante y creciente de plagas y enfermedades.

Proteger las plantas de plagas y enfermedades es mucho más rentable que hacer frente a las emergencias fitosanitarias a gran escala. Las plagas y enfermedades son a menudo imposibles de erradicar una vez que se han establecido, y su manejo requiere mucho tiempo y dinero.

Dediquemos nuestros esfuerzos a prevenir la propagación y la introducción de plagas en nuevas zonas, los gobiernos, agricultores y otros actores de la cadena alimentaria -como el sector privado-, pueden ahorrar miles de millones de dólares y garantizar el acceso a alimentos de calidad.