ROYA PARDA O ROYA DE LA HOJA DEL TRIGO
Foto: Ignacio Limón
La roya de la hoja del trigo (Puccinia triticina) afecta principalmente al trigo harinero (Triticum aestivum L.) y al trigo duro (Triticum turgidum var. durum).
Es un parásito obligado, penetra por los estomas y se manifiesta en forma de pequeñas pústulas pulverulentas en todas las partes aéreas de la planta. De las pústulas salen grandes cantidades de esporas, que aseguran la dispersión de la enfermedad. A finales de temporada aparecen soros oscuros. Se trata de esporas bicelulares rodeadas de una membrana espesa que son la forma invernante. Germinan en primavera, infectan a las plantas huéspedes, y de las pústulas de estas plantas, salen esporas que pueden volver a infectar al cereal, completando así su ciclo evolutivo. La propagación se hace por el viento a distancias considerables.
La sintomatología más frecuente son las pústulas de roya que recubren uniformemente el limbo de la hoja, preferentemente en la cara superior. Las glumas y las aristas también pueden presentar síntomas. Habitualmente los ataques se detectan alrededor del espigado. Según la intensidad de la enfermedad, las hojas estarán más o menos recubiertas por las pústulas, con una disposición aleatoria y dejando escapar un polvo pardo constituido por esporas redondas y ligeras que serán fácilmente transportadas por el viento.
Cuando las condiciones se vuelven desfavorables a la enfermedad, aparecen pústulas negras que no se abren y que reemplazan a las pústulas pardas.
Los ataques fuertes perturban la asimilación de nutrientes y modifica el metabolismo general de la planta, el crecimiento de la planta resulta afectado, y baja el rendimiento de la misma.
El cultivo es sensible en todas las fases de desarrollo, no obstante, el periodo crítico se da en la fase final del encañado y hasta la maduración del cultivo.