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Minador, plaga de cítricos

Los adultos realizan la puesta en las hojas muy pequeñas de los brotes tiernos en desarrollo y las larvas se desarrollan mientras crecen las hojas. En las hojas en desarrollo las larvas realizan galerías sinuosas subepidérmicas tanto en el haz como en el envés. Las galerías formadas son producidas al alimentarse en la zona de las células epidérmicas que se hallan debajo de la cutícula. De esta manera se produce una separación de la epidermis y el parénquima que es ocupada por aire y excrementos de la larva, produciendo un brillo característico en las hojas. Realiza la pupa en un pliegue del lateral de la hoja.

Las hojas afectadas se deforman y necrosan parcialmente, llegando en ataques severos a caer. El daño que produce el minador de la hoja está relacionado con la proporción de superficie foliar del árbol que destruye. La incidencia del minador sobre el desarrollo vegetativo del árbol depende de la edad de los árboles, así como la abundancia y distribución de las sucesivas brotaciones que se producen a lo largo del año. Cuanto más joven es un árbol, más le afecta el ataque de esta plaga, dado que los árboles jóvenes acumulan menor cantidad de reservas que los adultos. Las plantas de vivero y los plantones son por tanto los cítricos más susceptibles al minador.

La población de minador sufre un fuerte incremento poblacional entre mayo y julio, alcanzando su máximo en agosto. Después desciende acusadamente y vuelven a sufrir un último incremento al final del año, en noviembre. En la brotación de primavera, la más importante del año, apenas se detectan daños.

Medios biológicos:

El himenóptero parasitoide Citrostichus phyllocnistoides, que se introdujo en la Península Ibérica en 1998, se encuentra actualmente como parasitoide dominante del minador en todos los cítricos españoles y de la cuenca mediterránea en general.

Fuente: Guía GIP de Cítricos. Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente.

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Ácaro de las Maravillas

Se trata de un pequeño eriófido de forma alargada y subcilíndrica, que para visualizarlo hace falta utilizar una lupa de más de 20 aumentos. Para sobrevivir, necesita estar protegido, por lo que vive en el interior de las yemas en formación, alimentándose de los jugos celulares. Las hembras pueden poner hasta unos 50 huevos. Al picar las células para alimentarse, provoca una serie de alteraciones que afectan a la formación de los elementos florales, las hojas y el crecimiento del propio brote. Los ácaros se desplazan con los nuevos brotes a las yemas en formación, instalándose en ellas para continuar con los daños, según va creciendo el brote. En condiciones favorables de temperaturas suaves y humedades relativas altas, el ciclo se desarrolla en 10-12 días.


Los daños más graves se muestran sobre las flores, que suelen abortar por la hipertrofia de sus diferentes elementos, y si llegan a cuajar, acaban cayendo prematuramente los frutos. Solo muy excepcionalmente, algunos frutos evolucionan, constituyendo lo que se conoce como monstruos o mal engendros, frutos deformados y con figuras caprichosas, totalmente inadecuados para su comercialización y consumo. En casos de ataques severos, también se ven afectadas las hojas, que presentan malformaciones en los lóbulos y cierto arrugamiento. Los brotes afectados suelen mostrar un crecimiento en forma de escoba de bruja, con entrenudos muy cortos, hojas y flores arracimadas y mal formadas. Los daños pueden encontrarse tanto sobre limón como sobre naranja o mandarina.


Aunque el eriófido está activo todo el año en el interior de las yemas, los periodos de mayor actividad y por tanto de daño, coinciden con la brotación de primavera y verano. También puede ser crítico el otoño si hay una brotación en esa época. Los ácaros están presentes en el interior de las yemas de las axilas de las hojas (sean de flor o madera).
Hay que evitar un vigor excesivo de la planta, ya que la brotación continua, puede favorecer la proliferación de la plaga e incrementar sus daños.


Fuente: Guía Gip Cítricos (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca)

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Calendario recolección cítricos

CALENDARIO RECOLECCIÓN CÍTRICOS EN ESPAÑA

La época de cultivo de naranjas y mandarinas da comienzo a comienzos del mes de septiembre y se prolonga hasta finales de mayo. En el caso de los limones, se inicia a finales de septiembre hasta mediados de julio. En los pomelos abarca desde octubre hasta marzo. Las fechas de recolección son orientativas y han sido suministrados por el IVIA (Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias).

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Cotonet

EL COTONET

Insecto hemíptero de la familia Pseudococcidae. La hembra adulta es ovalada y cubierta por una secreción cérea blanca que recubre el cuerpo. Cuando realizan la puesta la recubren de una secreción cerosa de aspecto algodonosa. Durante su desarrollo las hembras de cotonet mudan tres veces, pasando por tres estadios ninfales móviles antes de llegar a adulto. El macho adulto es completamente diferente a las hembras, es alado y de pequeño tamaño. Una vez emerge, el macho adulto busca y localiza a las hembras para fecundarlas mediante la feromona sexual que ésta emite.

Las ninfas se fijan en zonas resguardadas de los frutos como el cáliz, el ombligo de las naranjas del grupo navel o entre frutos en contacto. Durante el estado adulto suelen migrar a las ramas. En verano, pueden completar el ciclo en unas seis semanas. Tras ser fecundadas las hembras secretan la masa cérea algodonosa, denominada ovisaco, que sirve para proteger los huevos de los enemigos naturales y de la desecación. Por lo general el cotonet completa cinco generaciones por año. Desde mayo hasta julio las ninfas se resguardan mayoritariamente bajo el cáliz y a partir de agosto invaden el resto del fruto. A finales de junio y julio las hembras migran a las ramas, coincidiendo con el vuelo de los machos.

El cotonet produce daños directos e indirectos. Los directos son debidos a las manchas cloróticas que producen en los frutos cuando se alimentan de estos. Estos daños se suelen observar cuando hay frutos en contacto. Los indirectos son debidos a la secreción de melaza, a partir de la cual se desarrolla la negrilla que cubre frutos, hojas y ramas, depreciando la comercialización de los frutos y disminuyendo la capacidad fotosintética de las hojas.

Mediadas de prevención:

Poda que favorezca la aireación de las zonas interiores y evite zonas con densidad vegetal.

Eliminar las malas hierbas.

Evitar la subida de las hormigas a los árboles.

Fuente: Guía GIP Cítricos. Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca

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Pulgón verde de los Cítricos

PULGÓN VERDE DE LOS CÍTRICOS

Las hembras partenogenéticas ápteras son de color verde, con cauda y sifones oscuros. Las colonias deforman las hojas a las que pican y las enrollan. Los daños producidos por la A. spiraecola son debidos a la succión de savia y a la gran cantidad de melaza secretada. También es capaz de transmitir el virus de la tristeza, aunque su eficacia como vector de la tristeza no es muy alta. Produce graves daños en los cítricos; deforma y enrolla las hojas del ápice hacia el peciolo y del haz hacia el envés. Los brotes atacados interrumpen su crecimiento.

Para minimizar el uso de los medios químicos, hay que considerar las medidas de prevención y/o culturales, pudiendo ser alternativas al control químico.

Medios biológicos: Hay un alto y diverso número de enemigos naturales que atacan a los pulgones de los cítricos.

Parasitoides

Los parasitoides de pulgones más importantes en cítricos son endoparasitoides (se desarrollan dentro del cuerpo del huésped) y pertenecen a la familia de los bracónidos.

Depredadores

una gran diversidad de depredadores que atacan a los pulgones de cítricos. Entre los coccinélidos destacan los del género Scymnus. También es muy común observar larvas del neuróptero crisópido Chrysoperla carnea y de dípteros como el cecidómido Aphidoletes aphidimyza y de sírfidos sobre las colonias de pulgones de cítricos.

Fuente: IVIA. Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias.

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Serpeta gruesa en Cítricos

SERPETA GRUESA EN CÍTRICOS

A diferencia de otras especies de diaspídidos de cítricos, ataca casi exclusivamente a cítricos y apenas se encuentra en otras plantas huésped. Todas las variedades son sensibles a sus ataques. El escudo de la hembra adulta es de color marrón oscuro, alargado y ligeramente curvado, mide de 2 a 3 mm de largo. El escudo del macho es más corto y estrecho, los adultos son alados. Los huevos, de 40 a 80 por hembra, se encuentran debajo de la cubierta de esta.

Poseen un aparato chupador robusto, con el que extraen savia de la parte del árbol en donde se han fijado. Ataca a tronco, ramas, hojas y frutos. Si hay ataque y no se le presta atención puede producir defoliación, seca de ramas atacadas y debilitamiento del árbol. Daños directos al debilitar al árbol con la extracción de savia, e indirectos al quedar los frutos en el envero con manchas verdosas, correspondientes a zonas en las que se ha situado el insecto y que no llegarán a alcanzar la coloración normal del fruto maduro. Los ataques se producen en árboles mal aireados y ramas bajas del interior del árbol.

La densidad poblacional de este diaspíno es máxima en el árbol en invierno, disminuyendo de forma acusada en primavera, y permaneciendo las poblaciones a un nivel mínimo en verano. Presenta de dos a tres generaciones al año. La primera tiene lugar hacia finales de mayo, principios de junio. La segunda ocurre a finales de agosto, las ninfas invaden el fruto y se refugian debajo del cáliz. En otoño, si se da, tiene lugar la tercera generación.

En el caso que se use un medio químico, es recomendable realizar podas de aireación antes del tratamiento de la primera generación.

Fuente: Guia GIP CÍTRICOS (Ministerio de Agricultura y Pesca de España)

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Polilla del limonero

POLILLA DEL LIMONERO

Prays o polilla de las flores del limonero es un pequeño lepidóptero que realiza la puesta sobre los botones florales del árbol. De ellos emergen las larvas que inmediatamente perforan los pétalos de la flor y penetran en su interior para alimentarse de los elementos florales. Las larvas producen sedas con las que unen los restos florales y de frutos atacados, formando nidos dentro de los cuales suelen realizar su crisálida. A veces, realizan estas sobre las propias hojas, protegiéndolas con sedas muy tupidas.

Las larvas de la plaga, una vez en el interior de las flores, atacan el ovario de estas o los frutos recién cuajados, provocando su caída y pérdida. En casos extremos, las larvas pueden atacar a frutos cuajados de mayor tamaño, ocasionando daños en la epidermis que en muchos casos producen la caída del fruto y en otros, solo daños superficiales en la corteza. En el caso de ataques tardíos o extemporáneos de la plaga, las larvas pueden atacar los brotes tiernos del árbol, uniendo las hojas tiernas con sedas y alimentándose en su interior y realizando allí las crisálidas.

Un umbral aplicable para tratar la plaga, puede ser: Cuando se observen más del 10% de botones florales con puesta o más del 5% de flores+frutos dañados. Tratar solo si se alcanzan los umbrales establecidos. No suele aplicarse más de un tratamiento para el control de la plaga.

Fuente: Guía GIP Cítricos. MINISTERIO DE AGRICULTURA, ALIMENTACION Y MEDIO AMBIENTE

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Piojo Rojo de California

PIOJO ROJO DE CALIFORNIA, PLAGA IMPORTANTE EN CÍTRICOS

El cuerpo del insecto está cubierto por un escudo de forma circular, con el exuvio centrado, de color pardo rojizo. La hembra bajo el escudo es amarilla y de forma aperada inicialmente, pasando a forma arriñonada y color anaranjado cuando se encuentra en reproducción. Las hembras de A. aurantii son vivíparas. Los escudos de los machos son ligeramente alargados. El macho adulto es amarillo con una banda torácica transversal oscura. Se localiza en todos los estratos aéreos de la planta, frutos, hojas, ramas verdes y madera. La invasión del fruto por las larvas móviles recién nacidas se produce de forma casi continua durante todo el periodo de crecimiento del fruto, iniciándose en fases muy tempranas de su crecimiento en junio y finalizando normalmente en septiembre.

El daño fundamental que produce el piojo rojo de California es causado por la presencia de los escudos de la cochinilla sobre los frutos, a los cuales desvaloriza comercialmente. En los frutos se fijan en depresiones de la corteza, por lo que el lavado y cepillado difícilmente las desprende. Los daños directos que produce son ocasionados por la alimentación y por la posible inyección de sustancias tóxicas mediante la saliva. Como consecuencia, cuando las poblaciones son elevadas produce pérdida de peso del fruto y reducción en el crecimiento del árbol. Además, estas infestaciones severas pueden producir clorosis y caída de hojas, así como muerte de ramas.

Mantener los árboles bien formados y podados, asegurando una adecuada ventilación de las zonas interiores, dificulta la proliferación de la plaga y facilita la eficacia de los posibles tratamientos químicos que se realicen. Los individuos inmaduros (L1 + L2), y en particular el primer estadio de desarrollo L1, son los más susceptibles a plaguicidas.

Los ectoparasitoides afelínidos del género Aphytis son los enemigos naturales más eficientes en la regulación de las poblaciones de esta plaga. Otros enemigos naturales que afectan a las poblaciones del piojo rojo de California son los depredadores, en particular el coleóptero coccinélido Rhyzobius lophanthae.

Fuente: Guia GIP CÍTRICOS (Ministerio de Agricultura y Pesca de España)

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Mosca de la Fruta Oriental

MOSCA DE LA FRUTA ORIENTAL, AMENAZA PARA LOS FRUTALES

Bactrocera dorsalis es una mosca de la fruta que se encuentra ampliamente distribuida en el sudeste asiático de donde es originaria. Desde allí se ha expandido a diversas islas del norte de Oceanía y al Sur de la península arábiga. Además de Hawai, se ha detectado su presencia en California y en Florida. Ha sido citada en más de 150 tipos de frutos y especies vegetales. Entre sus huéspedes se encuentran cultivos comunes en España como son los cítricos, tomates, piñas, peras, manzanas, higos o ciruelos. En España no está presente.

El color del adulto es muy variable. El tórax suele ser de coloración oscura con dos bandas amarillas bien marcadas, el escutelo es de color amarillo y además posee 4 áreas amarillas en la parte dorsal. El abdomen tiene una marca oscura en forma de “T” rodeada de una coloración marrón más claro.

Las hembras depositan sus huevos bajo la piel de los frutos. Tras su eclosión las larvas se alimentan del fruto durante 9-35 días en función de la temperatura. Tras alcanzar su último estadio larvario, saltan al suelo donde realizan la pupación que oscila entre 1 y 2 semanas. Las hembras son capaces de poner 3.000 huevos a lo largo de su vida.

El daño se origina en el fruto a partir de la puesta y el consiguiente desarrollo larvario. En lugares donde se ha introducido, como es el caso de Hawai ha resultado ser más dañina que la mosca del mediterráneo. Los frutos atacados presentan signos de picaduras de puesta, y en el caso de frutos con alto contenido en azúcares, como el melocotón, alrededor del sitio de puesta se produce una exudación de azúcares líquidos que generalmente solidifican.

Bactrocera dorsalis puede monitorearse mediante trampas cebadas con atrayente de machos. El metil eugenol es capaz de atraer machos de distancias superiores a 1 kilómetro. La mayor parte de métodos de control recomendados para el control de la mosca del mediterráneo, C. capitata, funcionan también contra B. dorsalis. En Japón tras 18 años de lucha contra este fitófago consiguieron erradicarlo, mediante la aplicación conjunta de cebos insecticidas y la liberación de machos estériles (TIE). En Hawai, se consiguió reducir su incidencia con el uso de insecticidas aplicados en cebo (principalmente spinosad), y la introducción de parasitoides exóticos.

Fuente: EPPO, USDA, University of Idaho e IVIA

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Chinche Verde

EL CHINCHE VERDE

El adulto tiene una longitud media de 6 a 7 mm, con el cuerpo delgado, alargado y de lados paralelos. La coloración es predominantemente verde con variaciones que van del amarillo al pardo. Las ninfas son de color verde homogéneo.

Los daños son producidos tanto por las ninfas como por los adultos cuando pican la base de los meristemos y pedúnculos florales para alimentarse. Como consecuencia de esta picadura el órgano atacado puede caer, apareciendo en la zona donde se ha realizado el corte una gotita de savia característica que sirve para diferenciarla de la caída fisiológica. La época de mayor sensibilidad en el caso de los cítricos es desde el estado fenológico de botón verde hasta el de botón blanco de la flor (entre febrero y abril). En ocasiones, se alimentan de las hojas tiernas, que como consecuencia de las picaduras aparecen deformadas y necrosadas.

Los síntomas descritos pueden confundirse con la caída fisiológica de hojas y flores cuándo se dan altas temperaturas, bajas humedades relativas y/o estrés hídrico en el suelo. Los brotes y hojas necrosadas también pueden ser confundidos con los daños producidos por heladas, por lo que conviene estar seguro de la presencia del fitófago antes de realizar tratamientos. La hembra pone los huevos sobre la madera de los árboles o también en las plantas adventicias cercanas al cultivo. Las ninfas pasan por cinco estadios antes de llegar al estado adulto. Se trata de una plaga acíclica que aparece en el cultivo de forma errática. Por lo general se considera que completa una generación al año y pasa el invierno en estado de huevo. Con la llegada de la primavera, los huevos eclosionan y las ninfas se desplazan en busca de alimento, preferiblemente, brotes tiernos, yemas o plantas herbáceas cercanas. Se trata de una especie polífaga y la podemos encontrar en plantas tan comunes como ortigas, parietaria o malvas además de diversos frutales.