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Escudete

ESCUDETE, HONGO ASOCIADO A LA PICADA DE MOSCA DEL OLIVO

El Escudete de la aceituna, originado por el hongo Bostryosphaeria dothidea causa pequeñas lesiones necróticas redondeadas de color pardo, centro deprimido y borde elevado, en las que forma puntitos de color negro que pueden permitir diferenciar esta podredumbre de otras originadas en el fruto. Otro síntoma que se presenta es un momificado del fruto, muy parecido al de la Antracnosis.

Es una enfermedad asociada a los daños previos causados por la mosca del olivo (Bactrocera oleae) y a la presencia de un posible agente vector, el díptero cecidómido (Prolasioptera berlesiana), cuyas larvas pueden alimentarse de huevos de la mosca.

El Escudete de la aceituna se desarrolla en verano, pero cabe la posibilidad de que el hongo pueda infectar a las aceitunas en su madurez durante el otoño.

Las aceitunas afectadas de Escudete producen un aceite con mayor acidez e índice de peróxidos y menor estabilidad que el obtenido de aceitunas sanas.

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Cochinilla de la Tizne

LA COCHINILLA DE LA TIZNE, OTRA PLAGA SECUNDARIA EN OLIVAR

La cochinilla del olivo (Saissetia oleae) o de la tizne succiona savia y excreta sustancias azucaradas (melaza) que impregnan el olivo y que en periodos húmedos sirven de alimento a un conjunto de hongos que se conocen como “negrilla” y que recubren los tejidos vegetales como si fuese un fieltro, disminuyendo la fotosíntesis y la respiración.

Los daños pueden ser directos e indirectos, como son el desarrollo de Negrilla, que produce reducción de la capacidad fotosintética del árbol, lo que repercute en una disminución en la brotación y en la producción y la atracción de la Mosca del olivo al ser la melaza uno de los líquidos más apetecidos por el adulto.

Presenta enemigos naturales, pequeñas avispas parásitas (himenópteros) que depositan sus huevos en el interior de la cochinilla alimentándose del cuerpo de ésta y de los huevos.

Como medidas de control cultural:

Facilitar la aireación de la copa del árbol con las podas porque repercute negativamente sobre el desarrollo de los estados inmaduros de la cochinilla, ya que estas son muy sensibles al calor y al viento seco.

Disminuir el abonado nitrogenado es efectivo, el problema de cochinilla es mayor en explotaciones donde se abona en exceso.

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Cochinilla acanalada

COCHINILLA ACANALADA (Icerya purchassi)

Insecto hemíptero cuya característica morfológica más destacable de la hembra adulta de la es el ovisaco alargado, acanalado y algodonoso. Dentro del ovisaco se encuentran los huevos de color rojizo-anaranjados. Es móvil, al igual que las ninfas. Las ninfas son de color rojizo con pequeñas secreciones céreas blancas en el dorso y patas más oscuras.

Durante su desarrollo las hembras de cochinilla mudan tres veces, pasando por tres estadios ninfales antes de llegar a adulto. Las ninfas se fijan en las ramas y a lo largo del nervio central de las hojas interiores. Las ninfas de tercer estadio migran a las ramas y al tronco donde se desarrollan hasta alcanzar el estado adulto y formar el ovisaco característico de la especie. Por lo general, es difícil observar machos y la reproducción es asexual.

Las poblaciones de cochinilla acanalada en el campo son muy heterogéneas por lo que es difícil establecer el número de generaciones anuales, así como los momentos en los cuales realizan las puestas. Todas las variedades son sensibles a los ataques de la cochinilla acanalada.

La gran cantidad de cochinillas, que en estado adulto llegan a cubrir las ramas, debilitan la planta al chupar la savia. Por su proliferación y tamaño, los árboles afectados por esta cochinilla aparecen cubiertos por una capa blanca en tronco y ramas.

Estos insectos expulsan melaza sobre la que se puede desarrollar la negrilla.

Como medidas culturales se pueden realizar podas que favorezcan la aireación de las zonas interiores y evite zonas con densidad vegetal.

Evitar la subida de las hormigas a los árboles (protegen a estas cochinillas).

Al estar bien controlada por su enemigo natural Rodolia cardinalis, no suelen realizarse tratamientos en España, exceptuando en parcelas que no estén equilibradas en cuanto a fauna auxiliar.

Fuente: Guia GIP CÍTRICOS (Ministerio de Agricultura y Pesca de España)

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El Algodoncillo del Olivo

EL ALGODONCILLO DEL OLIVO

El algodoncillo (Euphyllura olivina), es un homóptero de la Familia Psyllidae. Su presencia en el cultivo es muy frecuente, pero no suele ocasionar daños que justifiquen una intervención. El invierno lo pasan en forma adulta, refugiados en la base de hojas, axilas y yemas. Al final de esta estación, inician la actividad, dando lugar a una primera generación de primavera, que dura aproximadamente un mes, y que se desarrolla entre los brotes vegetativos y los botones florales.

Las ninfas secretan una sustancia algodonosa, entre la que crecen, dando lugar a pequeñas colonias que dan el nombre a la plaga. La segunda generación de primavera se produce en el momento de la floración, desarrollándose entre las inflorescencias y las yemas, dando lugar igualmente a colonias de aspecto algodonoso.

Los adultos de la segunda generación, tras el verano, y si el otoño no es caluroso, inician una tercera generación otoñal, que suele pasar desapercibida.

Los daños no suelen ser de consideración, y es más la preocupación por el aspecto de las colonias, que el perjuicio producido. Los mayores daños pueden producirse durante la segunda generación, ya que, si las colonias de algodoncillo son numerosas y densas en torno a las inflorescencias, puede originarse una fertilización deficiente de las flores.

Destacar que el desarrollo de las poblaciones está muy condicionado a la climatología: los años secos favorecen al algodoncillo, y las lluvias abundantes eliminan bastante cantidad de ninfas.

Fuente: Guía GIP Olivar (MINISTERIO DE AGRICULTURA, ALIMENTACION Y MEDIO AMBIENTE)

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Caracoles, plaga secundaria en cítricos

CARACOLES, UNA PLAGA SECUNDARIA EN CÍTRICOS

Foto: Ignacio Limón

Los caracoles terrestres, son considerados una plaga menor en cítricos que solamente causa problemas graves de manera puntual.

Los caracoles son animales hermafroditas. Los adultos del caracol común de jardín realizan alrededor de cinco puestas, de entre 50-100 huevos cada una de ellas, a lo largo del año. Éstas se llevan a cabo principalmente en primavera y otoño, cuando las condiciones ambientales son más favorables. Los huevos son blanco nacarados, esféricos y de unos 4 mm de diámetro. Dos semanas después de la puesta emergen pequeños caracoles que necesitarán algo más de un año para alcanzar la madurez sexual.

Los caracoles pueden atacar a ramas, brotes, hojas y frutos. Los principales daños se dan en plantaciones con árboles jóvenes (de hasta cuatro años), donde pueden afectar de manera importante al desarrollo vegetativo de la planta, y en árboles adultos, cuando los frutos se ven afectados. El síntoma de daño en fruto se caracteriza por la presencia de orificios profundos en la corteza que en numerosas ocasiones llegan a alcanzar la pulpa. El riego por aspersión y manejos de la cubierta vegetal con herbicida crean ambientes favorables para el desarrollo de

estos moluscos.

Los caracoles presentan un máximo de actividad en otoño y primavera, y un mínimo muy marcado durante el verano, cuando la xericidad ambiental es especialmente acentuada. Los caracoles son de hábitos crepusculares y nocturnos. Durante las horas del día buscan refugio en lugares que no reciban la luz directa del sol. Es frecuente encontrar grandes agrupaciones de estos moluscos en los troncos de los cítricos.

Salvo algunas excepciones, los caracoles no suelen ocasionar graves problemas en cítricos.  La poda de aquellas ramas que toquen el suelo suele ser suficiente para el manejo de este fitófago. En caso de incidencias más severas, ésta puede acompañarse del uso de diferentes tipos de barreras que son aplicadas directamente sobre los troncos. Éstos pueden pintarse una vez al año con cal seca. También se utilizan bandas impregnadas de caldo bordelés.

Fuente: Guía Gip Cítricos (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca)

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Carbón Desnudo en Cereales

CARBÓN DESNUDO EN CEREALES

Los carbones desnudos de los cereales afectan a trigo, cebada, avena, triticale y centeno y están provocados por diferentes géneros de Ustilago, los más frecuentes son Ustilago tritici, Ustilago nuda y Ustilago avenae que atacan a trigo, cebada y avena respectivamente. Son enfermedades de transmisión por semilla, destacando que los granos infectados presentan una morfología idéntica y similar a las semillas sanas. Ustilago sp. se transmite en forma de micelio latente en el interior del grano. Las hifas crecen intercelularmente por debajo del punto de crecimiento y penetran en las hojas y los primordios de las espigas, así como en las raíces. Algunas semanas antes de salir las espigas, las esporas empiezan a formarse, por lo general sustituyendo completamente el tejido de los ovarios. Cuando se seca, las esporas son dispersadas por el viento a las flores de las plantas próximas y germinan produciendo hifas infecciosas que penetran a través de la pared de los ovarios jóvenes y se establecen como un micelio latente en el embrión antes de que las semillas maduren.

Las plantas afectadas por la enfermedad suelen ser más débiles, con aspecto clorótico, menor ahijamiento, de talla más reducida que las plantas sanas y hasta el estado de espigado presentan una mayor precocidad. Es en la fase de espigado cuando se aprecian los síntomas más visibles, en el momento que las espigas salen de la vaina que las rodea, pues cuando éstas emergen ya todos los órganos florales están completamente destruidos y en su lugar aparece una abundante masa pulverulenta, de color negro-verdosa constituida por las esporas. Cuando se completa la fase y la espiga emerge totalmente, las esporas se desprenden muy fácilmente y son transportadas por el viento quedando únicamente los raquis. Todos los tallos y por tanto las espigas de una misma planta presentan la enfermedad.

Medidas de prevención y/o culturales:

– Utilizar semilla certificada.

– Caso de utilizar semilla de autoconsumo, no debe utilizarse semilla proveniente de parcelas infectadas.

– No utilizar para siembra, grano de proveniencia desconocida.

– Ante la sospecha de que la semilla pueda estar contaminada por los motivos antes comentados, podrá optarse por la desinfección de semilla previo a la siembra.

Fuente: Guía GIP Cereales. Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente.

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Nefasia o Polilla del Cereal

NEFASIA O POLILLA DEL CEREAL

La forma adulta de esta polilla presenta una cabeza de forma triangular. Las alas posteriores, de forma trapezoidal, presentan coloración gris con abundantes y variables escamas de color marrón claro, las cuales se van desprendiendo.  El dimorfismo sexual no está muy marcado, siendo las hembras algo más grandes y oscuras. Los huevos son de forma ovoide y una coloración rojo anaranjado. Las orugas modifican su color en los distintos estadíos, siendo rojo intenso en un primer estadío de dispersión, amarillopardo en la segunda fase una vez instaladas en el cultivo, verde desde el tercero hasta el quinto estado y amarillo oscuro en el último estadío. Presenta una única generación anual. Los adultos comienzan a aparecer entre finales de mayo y principios de junio. A los 2-3 días de la cópula, las hembras depositan los huevos generalmente en las cortezas de los árboles, entre 100 y 200 por hembra, muriendo a los 2 días siguientes. Tras la eclosión, las orugas se refugian en los huecos de la corteza, tejiendo un capullo sedoso en el cual hibernarán. A finales de invierno, las orugas vuelven a activarse, suben a la copa de los árboles y comienza la fase de dispersión, en la cual invaden los cultivos mediante vuelo pasivo gracias a un hilo de seda y al viento. En las primeras fases actúan como minadoras de hojas y a partir de la tercera fase comienzan a atacar también la espiga. En el sexto estadío las orugas descienden a la vaina de la hoja bandera donde desarrollan la crisálida y se produce la metamorfosis a forma adulta, que dura una media de 14 días.

Los primeros daños visibles son galerías en las hojas paralelas a la nerviación, que reducen la superficie fotosintética de la planta. Aunque los daños graves se producen en la espiga, la cual puede sufrir dos tipos de daño: daños directos, debido al consumo de los granos por parte de las orugas; y daños indirectos, debido a la malnutrición de los granos debido a los daños ocasionados por las orugas en la caña, que impiden la llegada óptima de savia a la espiga. El síntoma más evidente es la decoloración de la espiga y el cuello manteniéndose verde el resto de la planta.

Medidas de prevención y/o culturales:

Cuando se detecten ataques importantes, deben establecerse medidas preventivas para la campaña siguiente:

– Realizar rotaciones de cultivo.

– Retrasar la fecha de siembra a la primavera y utilizar variedades de ciclo adecuado.

Fuente: Guía GIP Cereales de Invierno. Ministerio de Agricultura.

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Escarabajos Conchudos

ESCARABAJOS CONCHUDOS (Oxythirea, Epicometis (Tropinota), etc.)

Foto: Ignacio Limón

Los Conchudos son coleópteros sumamente polífagos. En primavera comienzan a emerger los adultos de forma escalonada y hasta el mes de julio. Empiezan a alimentarse del cultivo o del polen de hierbas espontáneas y a continuación se reproducen, realizando la hembra la puesta en el propio suelo, sobre restos de materia orgánica, de lo cual se alimentará la futura larva. Dicha larva tras completar su ciclo pupa, apareciendo los adultos a finales de verano, los cuales permanecerán enterrados en el suelo hasta la primavera siguiente iniciándose de nuevo los daños en el cultivo. Presenta una generación al año en España.

En vid el daño lo producen los adultos durante la brotación, los cuales se alimentan de yemas hinchadas, racimos en formación y brotes tiernos. Su aparición es esporádica y los daños suelen darse en rodales.

En frutales atacan en el periodo de floración, introduciéndose en el interior de las flores para alimentarse de los frutos recién cuajados. No confundir con ataques de pájaros, los cuales realizan una sola picadura en el cáliz de la flor.

Tropinota squalida es un insecto común en las plantaciones de arándano de Huelva, donde también provoca daños en flores.

Como medida preventiva se aconseja mantener limpias de malezas las zonas periféricas de las parcelas de cultivo.

Fuente: Guía GIP Uvas para transformación. Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de España.

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Pulguilla de la Alfalfa

PULGUILLA DE LA ALFALFA

Sminthurus viridis, la pulguilla de la alfalfa, es un colémbolo de pequeño tamaño (adultos de unos 3 mm) de color amarillo verdoso, sin alas y con el abdomen globoso. Como muchos colémbolos, tiene en la zona ventral del abdomen un órgano especial en forma de horquilla (furca) que le permite saltar distancias de hasta 30 cm. Las fases juveniles (ninfas), aunque de menor tamaño, tienen un aspecto muy semejante a los adultos. Según las condiciones climáticas, puede tener entre 2 y 5 generaciones desde otoño hasta finales de primavera. Los adultos y ninfas mueren con climas cálidos y secos. Las hembras realizan la puesta en el suelo en grupos de 20 a 60 huevos. Las puestas realizadas a finales de la primavera o principios del verano pasan un periodo de diapausa estival y eclosionan con las lluvias de otoño. Aunque muestra preferencia por las leguminosas, en especial por la alfalfa y los tréboles, es una especie polífaga que puede alimentarse de una gran variedad de plantas silvestres y cultivadas (cereales, gramíneas silvestres, hortícolas).

Adultos y ninfas roen la epidermis superior de las hojas de alfalfa, dejando pequeñas zonas con una fina capa transparente que corresponden con el rodal de tejido devorado. En algunos casos, esta fina capa puede llegar a romperse formando orificios que perforan las hojas. Estos daños pueden llegar a ser importantes si tenemos grandes infestaciones de pulguilla en alfalfas de primer año recién cortadas, o antes de realizar el primer corte. En estos casos la perdida de superficie foliar puede retrasar el crecimiento de las plantas e incluso causar su muerte. Los daños son más frecuentes en suelos arcillosos y es frecuente su aparición inicial en forma de rodales. La incidencia de esta plaga es irregular, sus danos suelen aparecer en zonas o parcelas concretas.

Medidas de prevención y/o culturales:

  • Adelantar el corte siempre que sea posible.
  • Introducir el ganado, si las condiciones son adecuadas para ello, puede ser una medida eficaz para reducir de las poblaciones y los daños causados por esta plaga.

Fuente: Guía GIP Alfalfa. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

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Trampas Cromotrópicas

TRAMPAS CROMOTRÓPICAS

Las Placas Cromáticas consisten en láminas o rollos de plástico amarillo, o azul, según sea la preferencia de la plaga objetivo. Las láminas van cubiertas de un adhesivo en el que se quedan pegados los insectos.

Se emplea para la detección de plagas en los cultivos y para capturas masivas. El modo de acción de estas trampas se basa en la atracción de los insectos adultos los cuales quedan pegados en el plástico; al capturar a los adultos se evita que se reproduzcan y así se reduce la presencia de larvas (estados inmaduros de estos insectos) que son los que principalmente se alimentan de las plantas.

La altura de las trampas debe ser similar a la altura del cultivo; de preferencia estas trampas se deben colocar con un lado orientado hacia donde sale el sol.

Como hemos comentado antes, estas trampas se basan en la atracción que tienen ciertos insectos por determinados colores. Las moscas (dípteros) y pulgones (áfidos) tienen preferencia por el color amarillo. El color azul, en cambio, es el preferido por los trips y mosca esciárida, la verde chinches, la roja burdeos mosquito verde, etc… Se puede utilizar solamente como trampa de atracción cromática, o con cebo de feromona, que, unido a la atracción por el color, aumenta la eficacia de las capturas.

De forma general, las trampas cromáticas amarillas y azules se colocan con una densidad de 2 a 4 trampas por cada 1.000 m2 (en el caso de detección), y de 1 trampa por cada superficie de 5 a 25 m2 (en el caso de control de plagas). En el caso de su uso con difusor de feromona, tanto las cromáticas azules como las amarillas, se colocarán con una densidad de 1 a 2 trampas por hectárea para detección y seguimiento, y de 10 a 20 trampas en el caso de control, ya que esta trampa se activa junto con un difusor de feromona.

Fuente: ECOPORTAL